El ébola es un virus.
Un virus es un microorganismo al
que no se considera ser vivo, aunque está formado por moléculas orgánicas (ADN,
proteínas,..), ya que no tiene estructura celular y no es capaz de cumplir las
tres funciones vitales (nutrición, relación y reproducción) de manera autónoma.
Los virus son capaces de
reproducirse (hacer copias de uno mismo), entrando en una célula y tomando
prestadas sus herramientas para hacerlo. Un pequeño detalle: cuando termina y
sale, mata a la célula. Estos “asesinos” celulares fueron descubiertos como
tales en 1898, pero ya se conocían de antes enfermedades causadas por ellos.
Hay que recordar que Pasteur buscó su vacuna contra la rabia a mediados del
siglo XIX.
El primer brote de ébola fue
descubierto en África en 1976, aunque unos años antes (1967) había aparecido
una enfermedad muy parecida en Alemania (aunque su origen también era
africano). El nombre viene del río Ébola, cerca de donde apareció por primera
vez, situado entre Sudán y el Congo.
Se trata de un filovirus, con una
estructura alargada, como aparece en la imagen
Su ácido nucleico es un ARN (-),
y actúa sobre un grupo variado de células (sobre todo epitaliales y algún tipo
de leucocito), provocando fiebres hemorrágicas que con frecuencia son mortales.
El contagio no es tan sencillo como el que puede tener un virus como el de la
gripe o el catarro. Hace falta un contacto cercano con el enfermo. En particular, el
contagio se da a través de los líquidos del cuerpo: sangre, saliva, vómito,
heces, orina y secreciones respiratorias, o por contacto sexual.
Continuará...
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